El reglamento (no escrito) de los (super)mercados

Esto de poder ir a comprar por las mañanas tiene cosas buenas y malas. Lo bueno es que no suele haber mucha gente comprando (aunque depende mucho de la hora de la mañana, como pilles la hora post-pre colegio estas jodido) y lo malo es que a esas horas impera un código de conducta un tanto extraño.

Hay una especie que se adueña de los mercados (o de los supers), normalmente armadas (siento ser tan sexista, pero suelen ser mujeres siempre) con un carro y algunas bolsas con un comportamiento bien definido.

Vamos a compararlo con que le haría una persona normal (yo mismo por ejemplo).

Entras al súper, vas por un pasillo y te paras donde el pan (por ejemplo), esperas tu turno y pides el pan. Después te vas donde la carne (si es que necesitas carne), esperas tu turno y pides la carne … y así sucesivamente hasta que terminas de hacer la compra. Después te vas a la caja, esperas pacientemente tu turno, cuando estas poniendo las cosas en la caja te das cuenta de que se te ha olvidado coger el azúcar y piensas … para la próxima. Sacas la tarjeta, pagas y te vas a casa con la sensación de que eres el único Gilipollas que ha esperado N turnos (y sin azúcar)

Lo que hacen estas «elementas» no es exactamente lo mismo … ellas entran al súper, van por un pasillo y se paran donde el pan (por ejemplo), esperan su turno y piden el pan, mientras le sirven el pan se van donde la carne y la pide (y esto hace que el/la que sirva el pan se quede con cara de … ¿donde esta la señora? y con las barras en la mano (y acumulándose la cola), después el/la del pan le da una voz a la señora y esta … que aunque no lo parezca tiene un oído elfico se da la vuelta y chilla … Un momento que ya voy … y en ese momento es cuando aprovecha para irse a donde el pescado a pedir la vez (si es que hay gente) o directamente a pedir el pescado.

Pasados unos minutos vuelve a donde el pan y como si no fuera con ella la cosa lo coge y se va toda digna donde la carne, la recoge y se va donde el pescado, lo recoge y se dirige a la caja … espera su turno … pone algunas cosas en la caja y se da cuenta de que se le ha olvidado el azúcar (o cualquier cosa) y entonces dice … que coño, como yo no tengo prisa los demás que se esperen y deja de poner cosas en la caja, deja la cesta donde esta y se va tranquilamente a por el azúcar (con el consiguiente mosqueo de todos los que están detrás de ella en la cola). Al rato vuelve con cara de … vaaaaale que ya sigo … sigue poniendo las cosas en la caja sin molestarse en meterlas en la bolsa, que eso se hace después. Se dispone a pagar y saca el monedero y empieza a contar, un billetito, una moneda por aquí otra moneda por allá, ahora lo echo todo en la caja y me pongo a contar… toma … señora que me da de mas, señora que me da de menos. Luego se pone a colocar las cosas en la bolsa como si fuera un mecanismo de alta tecnología y por fin … se va …

Y te das cuenta de que ha comprado mas que tu, de que ha esperado menos colas y de que se ha reido en la puta cara de todos los que estabamos alli … vamos el puto amo o mas bien la puta ama.

Yo de mayor quiero ser uno de ellos.

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